¿Qué es la turba?
La turba es un material orgánico formado por la descomposición parcial de plantas en ambientes húmedos y pobres en oxígeno, como pantanos y turberas. En el cultivo de cannabis, la turba se utiliza como un sustrato muy valorado debido a sus propiedades físicas y químicas que favorecen el desarrollo saludable de las plantas.
Una de las características más importantes de la turba es su alta capacidad para retener agua, lo que permite mantener la humedad constante en el sustrato sin que se produzca encharcamiento. Esto es fundamental para el cannabis, que requiere un ambiente húmedo pero bien aireado para evitar problemas en las raíces. Además, la turba tiene una estructura porosa que facilita la circulación de aire, promoviendo un buen desarrollo radicular.
La turba suele tener un pH ácido, generalmente entre 3.5 y 4.5, lo que puede ser beneficioso para ciertas plantas, aunque en el caso del cannabis es necesario ajustar este pH para que se sitúe en un rango óptimo mediante la adición de enmiendas como cal dolomítica. Su textura esponjosa y ligera la hace ideal para mezclar con otros materiales como la perlita o la fibra de coco, mejorando el drenaje y la aireación del sustrato.
Entre los beneficios de la turba en el cultivo de cannabis destacan:
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Mantiene la humedad necesaria para un crecimiento vigoroso sin saturar las raíces.
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Favorece la aireación del suelo, evitando la compactación y facilitando la absorción de oxígeno por las raíces.
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Proporciona materia orgánica que mejora la fertilidad del sustrato y la actividad biológica, estimulando microorganismos beneficiosos que ayudan en la nutrición y defensa de la planta.
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Facilita la germinación de semillas y el enraizamiento de esquejes gracias a su textura suave y húmeda.
Sin embargo, la turba no es especialmente rica en nutrientes, por lo que suele combinarse con fertilizantes o mezclas de sustrato para garantizar un aporte equilibrado. Además, su extracción tiene un impacto ambiental significativo, ya que las turberas son ecosistemas valiosos para la biodiversidad y el almacenamiento de carbono, por lo que se recomienda un uso responsable y buscar alternativas sostenibles cuando sea posible.
La turba es un componente fundamental en el cultivo de cannabis por su capacidad para retener agua y airear el sustrato, facilitando un entorno óptimo para el desarrollo radicular y el crecimiento de la planta, siempre que se maneje adecuadamente el pH y se complemente con nutrientes.